Grupo Córdoba 96

domingo, 23 de noviembre de 2008

Experiencia: Viaje a Madagascar Julio 2005

Durante el pasado mes de julio, un grupo de seis personas, cinco estudiantes madrileñas de quinto de medicina: Beatriz Yaiza, María de la Puente , María Pérez, Teresa Muñoz , Beatriz Ríos y una profesora: Francisca Salas (del grupo Proyecto Trinitario-Córdoba 96), hemos colaborado como voluntarias con las misiones trinitarias en Madagascar, concretamente en la diócesis de Tsiroanomandidy, cuyo máximo responsable es Monseñor Gustavo Bombín Espino.

Nuestra tarea ha consistido en continuar con la enseñanza del español que el verano pasado empezaron dos profesoras del colegio trinitario de Andujar (Delia y Reyes). Trabajar en el dispensario que tienen los religiosos trinitarios junto a un médico español voluntario (Enrique Ornilla ) y una monja trinitaria malgache. Visitar las escuelas de cuatro pueblos incluidos dentro del “Proyecto Omby” (que en malgache quiere decir buey) para entregar material escolar, medicamentos , material deportivo, libros, ayuda económica y dar charlas sobre salud e higiene. Visitar la cárcel, encalar, etc.
En las visita a los pueblos nos llamó la atención la afectuosa acogida que nos hacían, así como su gran generosidad ofreciéndonos lo mejor que tenían y nos pedían disculpas por no podernos obsequiar con mejores alimentos. En estas visitas siempre nos acompañaban el párroco del pueblo y nuestra intérprete y amiga Myora.
Visitamos el hospital de Tsiroanomandidy y ayudamos a encalar el “Hangar Cuisine”, local situado en el recinto del hospital donde las familias de los enfermos pueden cocer el arroz. El hospital no da comidas. Es muy impactante en la situación en que se encuentran los enfermos.
Pudimos llevar algunos regalillos a los niños disminuidos físicos del Centro Infantil dirigido por el misionero trinitario Julián Cadenas.
Durante una semana, tuvimos la suerte de poder estar en la misión católica de Maintirrano cuyo responsable es el padre trinitario Basilio Vallejo. Allí pudimos visitar el Centro Nutricional Infantil que tiene la misión para dar de comer a los niños desnutridos. Se visitó la cárcel en la que hay 235 presos/as, les llevamos medicamentos, jabón y ayudamos a repartir la comida de ese día. Nos enseñaron el huerto, el maizal y el vivero de árboles frutales que habían plantado, proyecto que había financiado el grupo trinitario “Córdoba 96”, al que pertenezco, como ya os dije.
Viajamos en tractor a Amboaniodimy, una pequeña aldea para pintar la Iglesia –escuela que se había construido con la ayuda de todo el pueblo y la colaboración económica del grupo trinitario anteriormente nombrado.
Viajamos en moto hasta el pueblo Ankilimanarivo para visitar la escuela hecha provisionalmente de palos y chapas, porque la que había fue destruida por un ciclón. Allí repartimos material escolar y se dio una pequeña charla sobre salud e higiene. Nos pidieron ayuda para construir una nueva.
Ha sido una experiencia estupenda, nos hemos encontrado con una gente muy acogedora y cariñosa. Hemos podido conocer de primera mano otra cultura, otros valores y hemos podido contrastarlos con los nuestros, ello nos da la posibilidad de reflexionar y ver nuestra vida desde otras perspectivas que nos ayude a relativizar los problemas que nosotros tenemos y apreciar la cantidad de cosas que por ser cotidianas nos pasan desapercibidas.

Desde España fuimos cargadas de ilusión, de medicamentos, gafas, material escolar, balones, camisetas, 2500€, etc. que nos habían conseguido el grupo Proyecto Trinitario- Córdoba 96 y Encarni (madre de María y profesora en el Colegio Trinitario de Aluche). Íbamos pasadas de peso, todo nos parecía poco para llevar y cuando estuvimos allí nos dimos cuenta que no estábamos equivocadas. ¡Son tantas las necesidades que todo se queda corto! Pero la experiencia nos ha demostrado que la mayor ayuda que se puede llevar a Madagascar es el testimonio. El voluntariado supone para ellos un punto de referencia: nos lavamos, trabajamos duro, estamos preparadas laboralmente, somos solidarios y otro montón de cosas que ellos ven en nosotros. Hemos visto cosas terribles y carencias inexplicables. Hemos bailado con ellos, hemos jugado con ellos, hemos cantado con ellos y hemos trabajado muy duro.
Es muy difícil el transmitir lo que es Madagascar. Es imposible. Os animo a que si tenéis la oportunidad de conocerla lo hagáis. Pero sobre todo os pido ayuda en nombre de las personas que hemos conocido. Sin la ayuda nuestra lo tienen muy difícil. Carecen de lo más básico. La gente se muere por falta de médicos, de medicinas. Se necesitan escuelas. Se necesitan voluntarios para trabajar. Prolibertas va a coordinar el voluntariado y los que ya hemos estado allí os animamos a que deis continuidad a lo que se ha comenzado. A que apoyéis a los Trinitarios que llevan allí trabajando tantos años. A que posibilitemos un futuro mejor para un pueblo y unos hermanos que nos acogen con tanto cariño e ilusión.

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